hoy, mañana y siempre gritaremos con fuerza que la emancipación se logra solo si estamos unidos... y que VENCEREMOS!
Enviado por: Claudia Meiss, Argentina
Edición: Webmaster Latinoamerica Socialista
TeleSUR _ 31/01/08. - “El conflicto colombiano no puede entenderse solo como la confrontación militar entre el Estado con sus paramilitares contra las guerrillas, sino que está determinado por factores económicos, políticos y sociales y gobernado por intereses imperialistas” afirma el documento.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) hizo llegar a TeleSUR una grabación exclusiva donde el comandante máximo de esta guerrilla, Nicolás Rodríguez Bautista, mejor conocido como "Gabino", saluda la propuesta venezolana de darles reconocimiento de fuerza beligerante a las guerrillas colombianas y “se dispone a trabajar para materializar esta iniciativa”.
El comunicado leído por el comandante del grupo insurgente recuerda el carácter político de su lucha y llama a concretar el acuerdo humanitario "más allá del intercambio de prisioneros".
"De manera admirable y consecuente con la paz de Colombia, el presidente Hugo Chávez y la Asamblea Nacional de la hermana República Bolivariana de Venezuela, solicitaron a la comunidad internacional, se otorgue a las guerrillas colombianas de las FARC y el ELN categoría de fuerza beligerante, como paso previo para buscar una salida definitiva al conflicto social y armado que desangra a Colombia y afecta los países vecinos", reza el comunicado.
El ELN destaca que "los voceros gringos, la clase política colombiana y las expresiones del establecimiento se han pronunciado en contra, tratando de bloquear esta iniciativa".
El grupo insurgente colombiano se reivindica como "una fuerza beligerante, que acoge el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho de La Haya; que ha planteando concertar una solución política de paz y justicia social para superar el conflicto colombiano".
Asimismo, destaca que estructura político-militar "irradia todo el país con capacidad operativa, acompañando las expresiones de las luchas sociales, con un mando centralizado, elegido democráticamente, con fundamento ideológico de dignificar la vida y la humanidad y con propuestas de transformaciones en favor de las mayorías".
El documento recuerda que "desde la década del ochenta del siglo pasado, (el ELN) ha insistido en llegar a acuerdos sobre la humanización de la guerra para evitar la barbarie que adelanta el Estado colombiano y como insurgentes corregir errores cometidos".
Llama también a la comunidad internacional a sumarse a este esfuerzo por la paz de Colombia.
Un conflicto político
El Ejército de Liberación Nacional recuerda que hace 50 años se implantó la industrialización del campo colombiano, "con la expropiación de pequeños y medianos campesinos, mediante los 'chulavitas' o paramilitares y parapoliciales de aquel momento".
Evoca la época del surgimiento de las guerrillas en Colombia, conocida como "la violencia", cuando tuvo lugar un "exterminio estatal que cobró más de 300 mil víctimas" y un "pacto de exclusión política".
Posteriormente, "en las últimas tres décadas, han impuesto el neoliberalismo y el modelo de guerra contrainsurgente, de acuerdo a los dictámenes imperialistas".
A través de la doctrina de la Seguridad Nacional, el terrorismo de Estado se volvió "política oficial de los gobiernos, se inundó a Colombia de paramilitares y se implementó el narcotráfico como fuente de financiación de esta guerra sucia", leyó Nicolás Rodríguez Bautista.
Asegura que el Plan Colombia que promueve EEUU y la estrategia de Seguridad Democrática del presidente Álvaro Uribe "son un mismo plan de guerra" y que a ninguno de los dos gobiernos "les interesa acabar con el conflicto", sino que buscan "convertir al país en la principal potencia militar de la región, como punta de lanza para agredir los gobiernos democrático populares que confrontan el modelo neoliberal".
El ELN insiste en que "el conflicto colombiano no puede entenderse solo como la confrontación militar entre el Estado con sus paramilitares contra las guerrillas, sino que está determinado por factores económicos, políticos y sociales y gobernado por intereses imperialistas".
Por tanto, "la solución implica transformaciones estructurales y rebasa los límites nacionales", razón por la cual no puede considerarse como injerencia la mediación internacional.
Fuente: TELESUR
Aquí encontrará sólo algunas, de millones y millones de razones por las qué el Estado Colombiano se considera hipócrita y terrorista.
Si se cree muy inteligente al decidir marchar a favor del Gobierno, piénselo dos veces.
No sea idiota útil de un proyecto genocida maquinado desde los medios de comunicación.
La presentación en archivo anexo contiene pies de página documentados donde puede ampliar la información allí descrita.
Enviado por: Jonny Alzate, Colombia
Eran los primeros días del 2002, invierno en Key Biscayne, si podemos llamar invierno a unos días espléndidos, a pleno sol.
Yo vivía en una casa en la calle Caribbean, una casa amarilla, de un piso, una de las más antiguas de la isla. Estaba obsesionado con escribir una novela que titulé El huracán lleva tu nombre. Me pasaba la noche escribiendo, escuchando los maullidos de los gatos y los chispazos de las regaderas que se encendían automáticamente. Cuando me daba hambre, subía a la bicicleta y pedaleaba hasta el Seven Eleven.
Una noche, bajando de la bicicleta en el Seven Eleven [estación de gasolina], un hombre alto y obeso me dijo:
-¿Qué ha sido de tu vida, que ya no te veo en televisión?
Le conté que me había retirado de la televisión de Miami, dado que mi último programa había sido cancelado, los ejecutivos de esa cadena acusándome de ser “demasiado intelectual y marica para los mexicanos de California”.
El hombre apretó un botón que desactivó la alarma de su Mercedes del año, deportivo, color gris. Sentí que, al apretar ese botón, había experimentado una alegría rotunda, definitiva, una forma de alegría que siempre me sería esquiva.
Para mi sorpresa, me preguntó dónde vivía.
-En Caribbean road, cerca del Sonesta -le dije.
-Yo tengo un hotel al lado del Sonesta -me dijo.
-¿El Silver Sands? -pregunté.
-Es mío -dijo.
-Hombre, te felicito -dije.
-Te invito mañana para que veas unas cabañas frente al mar que te pueden interesar -me dijo.
Sacó su billetera y me dio su tarjeta.
-Llámame -me dijo-. Tienes que ver las cabañas frente al mar. Son del carajo. Enrique Iglesias viene de vez en cuando con sus amigas.
Luego subió a su auto. Miré la tarjeta. Decía: Guido Antonini Wilson.
Al día siguiente, lo llamé. No tenía ganas de verlo, pero me intrigaba conocer las cabañas en las que Enrique Iglesias hacía travesuras. Lo traté de Guido, un nombre extraño en cualquier caso. Me dijo que pasaría a buscarme al final de la tarde.
El señor Antonini vino a buscarme en un auto distinto del que había usado la noche anterior. Era un Mercedes grande, cuatro puertas, azul oscuro. Al subir, sentí ese olor a nuevo que conservan los autos recién salidos del concesionario.
Llegando al hotel, me condujo a su oficina. Se sentó en un escritorio y me dijo que ese hotel era de su mujer, de la familia de su mujer, pero que él lo administraba como si fuera suyo y yo era bienvenido cuando quisiera. No me quedó claro (esas cosas nunca quedan claras) si me estaba diciendo que no me cobraría en caso de que me quedase en su hotel.
Poco después caminamos hasta las cabañas con vista al mar. Quedé horrorizado con la decoración.
-Son perfectas para escribir -mentí.
Antes de irnos, le pregunté cuál era la cabaña en la que Enrique se escondía con sus amigas. Me llevó a la cabaña africana, atigrada, con pieles de animales y colmillos de elefantes, y dijo, señalando la cama:
-Aquí ha culeado Enrique Iglesias.
Luego añadió:
-Cuando quieras, puedes venir.
-Muchas gracias -dije.
-Para mí será un honor recibirte -dijo.
No quedó claro si el honor al que aludía me exoneraba de pagar por la cabaña.
Al subir a su auto, pensé que me llevaría a casa. Me equivoqué. Guido me dijo que su mujer estaba ansiosa por conocerme. No me preguntó si yo sentía ansias recíprocas.
Vivía en un departamento del Grand Bay, con todos los lujos previsibles. Recorrimos medio departamento sin que su mujer diese señales de vida. Al pasar por la cocina, una empleada dijo que la señora estaba en la lavandería. En efecto, allí mismo estaba. La señora Jacqueline era agradable y distinguida, aunque no necesariamente guapa. Me saludó con afecto distante, como quien saluda a alguien que inspira, a la vez, curiosidad y temor.
-No me pierdo tus programas -me dijo.
No sentí que estuviera ansiosa por conocerme. Sentí que estaba ansiosa por seguir ordenando la ropa con la maniática minuciosidad de una millonaria aburrida.
Guido me llevó a su biblioteca. Digo que era una biblioteca porque así la llamó él, no porque hubiese libros. Se sentó en su escritorio, me ofreció un trago, le dije que no bebía alcohol, puso cara de espanto, me invitó agua mineral y se sirvió un whisky.
Por fin hablamos de política.
Me dijo que Chávez era una desgracia, que había instaurado un régimen autoritario y corrupto, que los amigotes de Chávez estaban haciéndose muy ricos, que no se podía hacer dinero a no ser que fueras socio del régimen. Me contó que era amigo de Carlos Andrés Pérez, que hablaban a menudo, que Carlos Andrés estaba en Santo Domingo, pero venía con frecuencia a Miami. Le dije que conocía a Carlos Andrés, que lo había entrevistado el año 97 o 98. Cogió el teléfono, llamó a Carlos Andrés y le dijo que estaba conmigo. Me dio sus saludos. Le dijo que cuando viniera a Miami, teníamos que juntarnos los tres “para hablar de política”. Hablaron de cosas que no entendí y cortó.
Mi amigo Guido se sirvió otro trago y me dijo:
-Chávez no va a durar. Va a caer pronto. Lo vamos a tumbar.
Le dije que eso sería difícil, dado que los militares lo apoyaban y muchos de sus compañeros de promoción ocupaban puestos claves.
-Acuérdate de mí -insistió-. A Chávez lo tumbamos. Va a terminar en la cárcel.
Pensé que estaba fanfarroneando, que quería hacer alarde de su poder y sus conexiones.
Poco después me llevó a la cochera del edificio y me mostró su colección de autos de lujo: Hummers, Ferraris, Lamborghinis, Mercedes.
-Cuando quieras, te presto uno de estos para que lleves a tus hijas a Orlando -me sorprendió.
Yo le había contado que en pocos días llegarían mis hijas y nos iríamos a Disney.
-Muchas gracias, pero no me animo -le dije.
-Anda en la Hummer -insistió.
-¿Y si choco? -le dije.
-No pasa nada -dijo-. Todos están asegurados.
-Pero el seguro no te cubre si yo manejo -dije.
-No vas a chocar -dijo-. Y si chocas, decimos que yo estaba manejando.
Tras esa exhibición de su riqueza, el señor Antonini me llevó a mi vieja casa amarilla, construida en 1953.
-Llámame cuando lleguen tus hijas -me dijo.
Una semana después, mis hijas llegaron y les conté que había conocido a un extraño magnate venezolano que me había enseñado su colección de autos de lujo y me había ofrecido uno de ellos para irnos a Disney.
-No voy a llamarlo -dije.
-¡Estás loco! -me dijeron-. ¡Llámalo!
-¿Y si es un millonario tramposo perseguido por la justicia?
-¡No importa! ¡Llámalo!
A pesar de mis temores, lo llamé. No contestó. Dejé un mensaje. No llamó de vuelta. Llamé dos o tres veces más. Dejé mensajes. No llamó.
Unos meses después, en abril, leí que le habían dado un golpe a Chávez. Me acordé de mi amigo Guido, de sus enfáticas palabras:
-Chávez no va a durar. Lo vamos a tumbar.
Lo llamé para preguntarle qué estaba pasando en Caracas. No contestó.
No volví a verlo más, hasta una mañana, cinco años después, en que abrí un periódico en Buenos Aires y vi la foto de ese raro gordo bonachón, acusado de ser “el hombre de la valija”, el misterioso pasajero que llegó en un vuelo privado desde Caracas y quiso introducir ilegalmente un maletín con ochocientos mil dólares en efectivo.
Lo primero que pensé fue: Suerte que no me prestó su Hummer para ir a Disney.
Lo siguiente que me dije fue: ¿Pero este gordo no estaba conspirando contra Chávez?
Luego me imaginé a su esposa ordenando la ropa minuciosamente en la lavandería del apartamento de lujo, odiándolo en silencio.
Rice, ávida lectora de Tolstoi y Dostoyevski, quería penetrar en el alma del pueblo ruso y sus dirigentes. En 1984 fue galardonada con el Premio Walter J. Gores a la Excelencia Docente, y la Universidad de Princeton le publicó el estudio The Soviet Union and the Czechoslovak Army, 1948-1983: Uncertain Allegiance, un sesudo análisis de las relaciones internas en la Organización del Tratado de Varsovia (OTV).
Desde 1989 hasta marzo de 1991, el período de la reunificación alemana y los últimos días de la Unión Soviética, prestó sus servicios al Gobierno del Presidente Bush como Directora, y más tarde como Directora Principal, de Asuntos Soviéticos y de Europa Oriental en el Consejo de Seguridad Nacional, y Asistente Especial del Presidente para Asuntos de Seguridad Nacional.
BOGOTA, 20 DE ENERO DE 2008.
COMUNICADO A LA OPINIÓN PUBLICA
Por: Camilo Puerta
La JUVENTUD COMUNISTA COLOMBIANA DENUNCIA A LA OPINIÓN PUBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL EL ASESINATO DE ALIRIO QUIÑONEZ MIEMBRO DEL COMITÉ CENTRAL DE LA JUVENTUD COMUNISTA COLOMBIANA, EXILIADO EN LA HERMANA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
El día 19 de enero de 2008, es asesinado ALIRIO QUIÑONEZ, los hechos ocurrieron en localidad fronteriza de Guasdualito en el Estado de APURE República Bolivariana de Venezuela zona limítrofe con Colombia específicamente con el Departamento de Arauca (Colombia). Siendo las 7:00 p.m. dos hombres sin identificar dispararon en repetidas ocasiones sobre la vida del joven dirigente comunista.
Cabe anotar que ALIRIO QUIÑONEZ, se encontraba en el exilio en la hermana República Bolivariana de Venezuela, debido a la persecución del Ejercito Colombiano y los organismos de inteligencia, hechos denunciados reiterativamente por la JUCO en reuniones y comunicados oficiales con el gobierno nacional y la fiscalía general de la nación.
El asesinato de ALIRIO QUIÑONEZ, es una responsabilidad del Estado Colombiano, el cual demuestra la falta de garantías democráticas para el ejercicio de la oposición política, la intolerancia de los sepultureros que en medio de la profundización del conflicto armado interno han convertido a los militantes de la JUCO y el PCC hoy dirigentes del Polo Democrático Alternativo en objetivos militares, mediante señalamiento, amenazas, hostigamientos, falsas judicializaciones y asesinatos.
La JUCO, se solidariza y ofrece su más sentidas condolencias a la familia, amigos, camaradas y allegados de ALIRIO QUIÑONEZ, este crimen de Estado, anima los brazos y pensamientos de miles de jóvenes Comunistas que hoy creemos en la Solución Política Negociada al conflicto social y armado, la construcción del socialismo, a luchar y denunciar el régimen del terror impuesto por el gobierno de Alvaro Uribe Vélez.
COMITE CENTRAL JUVENTUD COMUNISTA COLOMBIANA.
"LA UNIDAD NUESTRA BANDERA LA REVOLUCION NUESTRA LUCHA"
Enviado por: Jonny Alzate. Colombia
Añadido por ANNCOL | |
sábado, 15 de diciembre de 2007 | |
El capitalismo en su inmensa voracidad nos roba todo. Hasta las palabras. Nos han robado miles de miles de palabras. Hay lenguas que han sido desaparecidas por los agentes del imperio. Las cuales usan ahora para comunicaciones militares sin necesidad de encriptarlas. Las denuncias reposan el sueño de los justos. Y las misiones, como el Instituto Lingüístico de Verano, siguen haciendo el daño. Un daño que tiene más de 500 años. Han pretendido robarnos las palabras ‘comunista’, ‘socialista’, ‘democracia’, ‘autodeterminación’, ‘solidaridad’ e ‘internacionalismo’. Todas ellas tienen hoy una nueva acepción. Pero no. A nosotros no nos da la gana de que nos las roben. Por eso peleamos hasta la muerte por su real significado. Ahora –y siempre- han pretendido señalarnos quiénes deben ser nuestros ‘camaradas’. Tú no puedes andar, encontrarte, saludarte, reunirte, con un ‘camarada’ porque ese camarada te perjudica. Pero el ‘camarada’ –el cierto, verdadero- es ese quien está ahí orientándote, ayudándote en las malas, apoyándote en las buenas, disfrutando tus alegrías, llorando tus penas. Y el ‘hermano’ es el que está ahí, siempre ahí, silencioso ante tu accionar, preocupado por tus errores, orgulloso ante tus éxitos, como queriéndole decir a todos: ‘ese es mi Hermano’. Quieren que los revolucionarios no tengamos ‘compañeros’, ‘camaradas’ y mucho menos ‘hermanos’. No somos merecedores de un hermano, según la lógica de los capitalistas. Pero no. A nosotros no nos da la gana de hacerles caso. Si ellos no son los dueños del mundo! Y si lo fueran, tampoco lo aceptaríamos! Por eso, a nuestro ‘Hermano’ Daniel, el sandinista, le decimos: "Venga, Hermano, un abrazo"! enviado por Jonny Alzate, Colombia |